Me desperté buscando la salida.
Me desperté buscando la salida
Me desperté. Sentía el peso de mis ojos, que me impedía poder abrirlos. Sentía aún más como una sensación de cansancio y dolor había invadido mi cuerpo. Seguro que era por aquel sitio tan duro e incómodo sobre el que me encontraba dormida, no sé hace cuántas horas. Mi mente, sin embargo, estaba intranquila. El ambiente frío y húmedo que me arropaba era el que provocaba mis temblores, cada vez más fuertes. Pero sigo pensando que había un culpable aún mayor: el miedo. Casi ni sabía quién era. No podía ver nada, miré a mi alrededor asustada pero solo vi oscuridad, no había absolutamente nada, ni un simple punto de luz, entonces grité. El propio eco que se formó fue el que me hizo llorar, llevándome a la desesperación.
Poco a poco empecé a recordar mi
vida, las personas que me habían rodeado en ella y sobre todo, la última noche
en que me fui a dormir. Me llevó gran parte del tiempo intentar conectar mi
último recuerdo con aquel despertar tan horrible, ojalá fuera una pesadilla.
Desgraciadamente sabía a la perfección que no lo era. Al percatarme de que mis
pensamientos y mis lágrimas no me iba a valer de nada ni me iban a dar la solución,
me puse de pie. No tenía a nadie a mi lado. Era yo sola contra el mundo. Solo me
tenía a mí misma. Sentía la necesidad de recibir ayuda, pero era imposible, así
que busqué una solución a mi problema en lugar de quedarme parada. Empecé a
caminar. El miedo y los escalofríos rozaban cada poro de mi cuerpo y hacían que
mi corazón latiese cada vez más fuerte. Mientras recorría mi largo camino, sin
rumbo alguno, cerré mi puño varias veces con la esperanza de encontrar la mano
de alguien que me condujera a la salida. También tropecé y caí otras tantas. Tenía
sed, pero cada segundo que pasaba era como una gota de fortaleza para mí, una
gota de esperanza. Cada segundo que pasaba iba restando los pensamientos que me
mataban. Noté mi evolución, como cada vez mi mente se volvía más fuerte. De
pronto, un rayo de luz entró a lo lejos. Era la salida. La felicidad se apoderó
de mí, llevándome a correr hacia ella. Entonces llegué. Al salir, me encontré
con un parque lleno de árboles. El sol me deslumbró tanto que no podía ver
bien, pero no me importaba. Me giré y mi mirada se dirigió hacia aquel sitio
oscuro. Decidí no volver a mirar hacia atrás y seguir mi camino. Simplemente
sonreí. Había conseguido escapar de mi mayor miedo. Anduve hacia delante y unos
minutos después empecé a reconocer el camino por el que me encontraba, era la
vuelta a casa.
¡Un cuento brutal! Súper bien escrito y de verdad te hace meterte en la historia, mis 10 👏🏻
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu cuento , ya que utilizas palabras bastante literarias y me ha producido cierto temor al leerlo , se sienten las palabras y el miedo de esa chica .
ResponderEliminarMuy bien !❤️
Me ha gustado mucho tu cuento , ya que utilizas palabras bastante literarias y me ha producido cierto temor al leerlo , se sienten las palabras y el miedo de esa chica .
ResponderEliminarMuy bien !❤️
Me ha gustado mucho tu cuento , ya que utilizas palabras bastante literarias y me ha producido cierto temor al leerlo , se sienten las palabras y el miedo de esa chica .
ResponderEliminarMuy bien !❤️
Me gusta mucho cómo escribes,la situación está muy bien descrita y haces que se pueda imaginar las cosas y adentrarte en la historia,buen cuento 🤗.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu cuento, te hace sumergirte en lo que estas leyendo y hace que se disfrute mucho mas. Muy bueno.
ResponderEliminarMe ha parecido un muy buen cuento, me gusta la forma en que describes el lugar y las sensaciones de la chica, ya que son muy realistas. Muy buen cuento! 😃
ResponderEliminar